lunes, 23 de septiembre de 2013

Volvo LCP 2000

Regreso al Futuro.

La preocupación que sufren los conductores actuales sobre el elevado cotes del combustible, no es nada nuevo, hace cuarenta años – en plena crisis del petróleo – Volvo respondió al miedo del sobre encarecimiento del combustible, con un vehículo con una estética que incluso en la actualidad, nos evoca a coches futuristas.

No cabe duda que fue en 1973 cuando de repente y sin aviso previo, el mundo descubrió que era adicto al petróleo, un combustible del que se había vuelto parasitario y del que hoy después de cuarenta años, no se ha podido desenganchar,a pesar de modelos como el EV1.

En aquellos momentos, los fabricantes de automóviles se percataron que con combustibles caros, las ventas de sus automóviles caerían sin remedio si seguían manteniendo su modelo productivo de grandes autos de grandes motorizaciones cuyos materiales eran además pesados y robustos.

Con las aguas mas calmadas, seis años después delincidente del Yon Kimpur, la siempre eficiente Volvo, empezaba a desarrollar un vehículo cuyo objetivo, era lograr la eficiencia máxima al combustible del propietario, pudiendo ser tanto gasoil, aceite de girasol o incluso de colza, combustibles que para la época, eran tan extraños como lo son ahora en la actualidad los combustibles alternativos noconvencionales.
Logrado la eficiencia energética, era el turno de los materiales más livianos, por lo que fueron utilizados tanto plásticos, como aluminio, magnesio y hasta fibra de carbono, creando así el Volvo LCP 2000, un vehículo de dos plazas – con opción a otras dos – de un tamaño de 700 kilogramos, casi 200 kg menos que los vehículos de la época.

Con el LCP 2000, se intentaba obtener no sólo un auto energéticamente eficiente, también que tuviera unos costes de fabricación y montaje muy reducidos, logrados con unos materiales altamente reciclables y un proceso de fabricación por módulos.

El Volvo LCP – Light Component Proyect, Proyecto de Componentes Livianos – tuvo su inicio de diseño como ya se dijo en 1976, participando en varios países, cada uno con una competencia diferente, dando cada uno lo mejor de sí.

De esta manera, Dinamarca hacía los frenos a disco, Gran Bretaña el modelo a escala, el motor, la suspensión y el sistema de frenos, Francia el montaje del motor y las lámparas, Alemania el motor y el instrumenta, Italia la subcarrocería y las ruedas, Noruega los paragolpes, el sistema eléctrico de control, la columna de dirección y la pedalera, Estados Unidos la ingeniería en el prototipo y las pruebas con modelos a escala y Suecia la transmisión continua variable CVT (Continuosly Variable Transmisión) y el ensamble del prototipo.


Hasta su presentación en 1983, se desarrollaron hasta cuatro prototipos, todos ellos motorizados con pequeños motores de gasóleo – desde 50 CV el motor 1.3, hasta 90 CV el de 1.4 – fabricados en hierro fundido y con un aislamiento térmico muy reforzado.

A pesar de sus dimensiones actuales para la época – casi cuatro metros de largo, más de dos metros y medio de alto y cercano a los 1,7 metros de ancho – el peculiar aspecto futurista y la incomodidad de los asientos posteriores – los cuales estaban orientados en contra del sentido de la marcha – hacía presagiar que el LCP se quedara en un simple prototipo como así fue.

La ventaja de tener la certeza de la no fabricación en serie, permitió a los diseñadores del LCP 2000, contar con varias innovaciones para su época.



La colocación del tanque de combustible y la batería detrás de los asientos delanteros, o disponer de un maletero que podía hacer las veces de dos asientos extras al vehículo, eran conceptos que deberían ser cambiados en el caso de la fabricación final del modelo, como así la supresión de la apertura de las puertas de manera electrónica, la imposibilidad de bajar las ventanillas a gusto del conductor, teniendo éstas una sola posición.

El Volvo LCP 2000 no fue del todo inútil. Su estética futurista valió como inspiración para futuros modelos – el mismo Volvo 480 – de 1986.


Finalizado ya su objetivo de maravillar al mundo, el LCP descansa en el museo que dispone Volvo en Goteborg.

Galería: Google

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