Rebeldía sobre cuatro ruedas.
En plena guerra fría y en el país líder de los “no alineados”, un soplo de
libertad, dejó en ridículo a la peligrosa policía del gobierno a los mandos de
un mítico Porsche. El piloto se le nombró como “El Fantasma de Belgrado”.
En 1979, el dictador y Mariscal Tito, gobernaba con mano de hierro Yugoslavia. A pesar de
considerarse un país no alineado con la URSS, tanto su economía como el control
del pueblo, seguía muy pareja las directrices de Moscú.
Dada el férreo control de la policía y el gobierno
ante la población civil, hechos como los acaecidos en la capital Yugoslava, en
la que la burla a la autoridad era muy
presente, no gustó dentro del partido.
Ser serbio y tenista en la Yugoslavia de finales de
los años 70´S no era fácil, pero Ivko Plecevic llegó a ser uno de los mejores.
Tanto era su talento, que logró hacerse con una pequeña fortuna, dedicando su
retiro a dar clases en Austria. Su ritmo de vida le facilitó la oportunidad de
adquirir un magnífico Porsche 911 S Targa
de color blanco con matrícula alemana, sin saber que iba a ser el más
famoso protagonista de las carreteras balcánicas, pero no con él pilotándolo,
sino su joven compatriota Vlada
Vasiljevic.
Vasiljevic como en un acto de rebeldía, empezó la
misma noche del robo a conducir a
grandes velocidades a través del centro de la ciudad, aprovechando la noche
y que los vehículos oficiales – viejos y lentos Zastava 101 – eran demasiado
lento para alcanzarle.
El Mariscal Tito se encontraba fuera del país de
manera temporal, por lo que la policía necesitaba cazar a Vasiljevic antes de
su regreso, pero la pericia del piloto, sumado a la expectación de los ciudadanos
de Belgrado, no hacía más que dificultar su caza. El ridículo era mayor en los días sucesivos, al ponerse en contacto Vasiljevic
con la radio nacional, para informar de su itinerario.
Pocos días antes de la llegada de Tito, se optó por
una opción que equilibrara más las opciones de captura. El comisario Fandjo a
los mandos de un modelo Ford trató
de atraparlo con escasa fortuna.

En un principio pude captar sólo el coche pasando pero no pude pillar la cara. Entonces la décima noche tuve suerte, me saltó en el plano a muy pocos metros. Pude captar su cara tras el parabrisas. Luego tuve mucho miedo mientras iba a casa a revelar la película. Tenía un dilema, si publicaba la fotografía iba a convertirme en su delator y le iban a atrapar. Como no quise llevar eso en mi conciencia y estaba a favor de él, me la guardé”.
La última de las noches – ya la décima – se optó por cerrar el cruce de la rotonda de Slavija con autobuses. Vasiljevic no pudo esquivarlos y finalmente chocó contra ellos, no siendo fatal el accidente al poder escapar por su pié.
Fue detenido
pocos días después al haber sido reconocido en la huida, estando preso durante
dos años y medio.
La historia de este curioso incidente, hubiera
desaparecido de la memoria colectiva si no hubiera sido rescatado por Jovan B.
Todorovic, responsable de la película de
2009 que narra la historia de Vasiljevic.
Trasladando la historia del “Fantasma de Belgrado” al Siglo XXI, la censura china está trabajando enormemente en tapar y ocultar, los escándalosprotagonizado por algún alto miembro del partido, cuando éste o sus hijos, son
grabados o detenidos al circular a grandes velocidades con sus flamantes
Ferraris nuevos.
Fuente: RevistaBalcanes.com,
AutoBlog.com, DiarioMotor.com,
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